sábado, 26 de enero de 2013

EDUCAR LA OBEDIENCIA. EL PAÍS DE LAS NUBES: VALERO



Todos sabemos que cada miembro de la sociedad tiene unas obligaciones y unos derechos. De los derechos no hay mucho que hablar, los tenemos clarísimos y los defendemos. En cuanto a las obligaciones habría más debate, pues impera en nosotros la ley del mínimo esfuerzo y nos es más difícil dar que recibir.

Aunque lo ideal sería que cada uno cumpliera con responsabilidad estas obligaciones, sabemos que de hecho, no es así. Es necesario poner unas normas y leyes que nos "obliguen" a cumplir  esas obligaciones, que ayuden a nuestra falta de voluntad. Obligaciones que en el fondo aceptamos y comprendemos necesarias. Por ello ha de haber unas personas que aseguren su cumplimiento. Se dice que estas personas tienen autoridad sobre nosotros. Resumiendo, se trataría de cooperar libremente en el cumplimiento de mis obligaciones, guiados o dirigidos por unas personas que tienen potestad para hacerlo. Así, más o menos, podríamos definir la obediencia.

Nos importa mucho trabajar este valor en los niños. Hemos de tener el arte de ganarnos su confianza, ganarnos la autoridad. Conviene educar esta disposición a aceptar lo que hay que hacer (obedecer), por la razón de que es bueno y conveniente, independientemente de si apetece o no. Para ello hemos de hacerles ver el lado positivo de las cosas, hacerles gustar del beneficio de los buenos valores y acostumbrarles a que se guien por ello (nosotros también, claro). Como veis,  aquí las ganas no pintan nada. A este respecto se nos viene a la cabeza una anécdota que nos contaba un padre. Su hijo no quería sentarse a estudiar y  no hacía más que protestar y decir que no tenía ganas. El padre, después de mirar un momento la mochila dijo con resolución: - ¡Estás de suerte, hijo! Menos mal que en la mochila has traído todo lo necesario: libros, cuadernos, estuche... y aquí en casa hay mesa, silla, luz... ¡perfecto! Las ganas en realidad no hacen falta para hacer los deberes, puedes empezar tranquilo.

Ante sus lloros y protestas, no ceder. Consentir es enseñarles que todo es relativo y vale cualquier cosa. Si se acostumbran a eso ¿quién podrá asegurar que ese criterio no les guíe en su adolescencia y juventud y acepten como válida la opción más descabellada y egoísta?
La autoridad es necesaria. ¿Verdad que no nos cuestionamos que en el colegio haya autoridad? Imaginemos que ocurriría si cuando un profesor mandara los deberes y los chicos empezaran a protestar, éste dudara y dijera: - bueno, vale, no los hagáis... O si el horario marca lengua, y  un niño dijera que no tiene ganas de lengua que mejor mates, que le gusta más ...y el profesor dijera: - bueno, pues vale, hagamos mates...
¡¡Estaríamos perdidos!!
Pues igual de perdidos estaremos si en casa nos falta autoridad. La autoridad, bien usada, es fuente de orden y bienestar.
Hay otra entrada en el blog sobre este tema. EDUCAR CON CUENTOS LA OBEDIENCIA.

El PAÍS DE LAS NUBES: DUENDECILLO VALERO

Valero es otro duendecillo del país de las nubes. Le llaman así porque siempre dice: -¡vale, vale! Cuando a Valero le mandan o proponen algo siempre está disponible. La verdad es que es un gusto estar con él. Por ejemplo si su madre dice: "chicos, a poner la mesa..." aunque se oiga a sus hermanitos decir: "¡estoy cansado, que la ponga otro!" o  "yo ya lo hice ayer..." siempre oirás la voz de Valero que dice: "Vale, mamá, ya vamos. Venga chicos..."
Siempre se sale con la suya y contagia a los otros que, aunque un poco más despacio, también van para allá.

En el cole, a la hora del recreo es como un imán. A veces hay un grupo de niños decidiendo el juego, y como no se ponen de acuerdo, están un rato largo sin poder jugar. Cuando aparece Valero todos se acercan a él, porque cuando está él todo funciona mejor, no hay tantas discusiones y juegan más. Aunque le   encanta jugar al fútbol, si hay mayoría para jugar a pillar dice: "Vale, ¡qué es muy divertido! ¿quién la paga? ¿yo? venga..." Y  ya empiezan todos a jugar y reir.
Es que saber ceder y complacer a los demás en cosas sencillas hace agradable la convivencia. Cuando el agua fluye por un terreno sin obstáculos va mansa y suave... ¡qué paz! Así era Valero, sin obstáculos, sin pegas ni quejas... Esto decía Nieves, su profesora, a otra maestra compañera: "chica, ¡qué consuelo tener a Valero en clase! Cuando mando algo a los niños y empiezan a protestar y a resistirse acabo agotada, agotada...  pero cuando Valero dice su "vale", empieza el descanso, los otros empiezan a serenarse y  a contagiarse de su actitud".

Seamos así, no pongamos tantas pegas y quejas para todo, no digas "No" a papá y mamá. ¡Verás qué descanso!


  
JUEGO MOTIVACIÓN:

Podríamos hacer una carrera cuyos  participantes sean “SÍ” y “NO”.
Cuando papá o mamá manden algo y consideren que se ha de hacer, ha de hacerse, tanto si los niños dicen sí como si dicen no. Si dicen “sí” marcamos un casillero del corredor SÍ y si dicen “no”, después de ser animados y avisados, marcamos un casillero del corredor ¨NO”. De todas maneras, han de hacerlo.
¡¡ A ver quien gana !!

SI









NO